Debes ser una persona física con actividad empresarial o personal moral, tener 2 o más años constituida y operando y poder presentar los flujos de efectivo de la empresa. Si eres persona física con actividad empresarial deberás presentar tus estados de cuenta donde puedas demostrar ingresos constantes y saludables en tus cuentas bancarias. Para poder acceder a un arrendamiento, la empresa debe tener mínimo 8 meses de constituida.

La revolvente funciona como una tarjeta de crédito, donde puedes hacer disposición del dinero y mes a mes vas pagando lo que utilizas. Una línea de crédito simple, funciona de manera tradicional donde recibes cierta cantidad de dinero inicialmente y mes a mes vas haciendo los pagos correspondientes a capital más intereses del período, demostrados en una tabla de amortización.

El Arrendamiento Puro funciona para comprar activos sin descapitalizarte, pagando “rentas” mes a mes. En el arrendamiento puro se renta un bien mueble o inmueble y el pago se hace mensual. Cuando termina el contrato, finalizan la obligación y el beneficio del contrato y se tiene que devolver el bien. “El gasto es 100% deducible de impuestos. Es decir, se va a tener un ahorro fiscal, que equivale a la tasa del Impuesto Sobre la Renta”


En el arrendamiento financiero, el dueño otorga el derecho de usar determinados bienes muebles y/o inmuebles al arrendatario a cambio de una renta por un periodo forzoso establecido para financiamiento a mediano y largo plazo. Los pagos se consideran como a cuenta del precio del bien. Al final, se fija un precio simbólico sobre el bien. Una vez que concluyó el contrato, existe la posibilidad de quedarse con el bien haciendo una compra de un monto mínimo para poder ser el nuevo propietario.

Es una manera fácil y rápida de convertir en efectivo tus cuentas por cobrar. Es una manera de evitar problemas que afecten la liquidez de tu empresa y no hacer tan largo el tiempo de espera para poder cobrar una factura. Por medio del contrato de factoraje un comerciante o fabricante cede una factura u otro documento de crédito a una empresa de factoraje a cambio de un anticipo financiero total o parcial. La empresa de factoraje deduce del importe del crédito comprado, la comisión, el interés y otros gastos.